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La mamá moderna Vs. El Centro Educativo




Si para entrar al colegio el abordaje es caótico, una vez dentro… no te quiero contar.

Pablo ya es un tipo de año y medio y va caminando a su guardería, lento pero caminando y yo intento mantenerme a duras penas en mi papel de madre moderna, aunque les digo, esto da más trabajo que satisfacción.

Pones tu mejor voluntad pero los colegios no ponen de su parte y prefieren a la otra mamá, la de antes, esa tan guapa que tenía el delantal integrado a ella, como la que sale en los paquetes sopas Maggi, esa que hace guisos para almorzar desde las 9:30 de la mañana y después de comer se dedica a hacer la cena, que hace caldo con pollo, no con cubitos, que no va al súper si no a la carnicería, a la frutería, etc, que no guarda comida en tupperwares, porque cocina a diario y todo fresco.

Esa mamá es un hit, no lo niego pero partamos de la base que las mamás trabajadoras no son ninguna novedad a la que hay que acoplarse con prisas. Ya hace mucho que los colegios tenían que haberse adaptado a este nuevo formato maternal. Yo soy hija y nieta de mamá trabajadora, así que ustedes ya me dirán donde está la primicia, y mi abuela tiene 86 años...

El caso es que esta semana me enviaron varias circulares del colegio de Pablo, no una, varias. De entrada, por el motivo que sea, las circulares tienen unos 8 párrafos promedio (interlineado simple, encima) y nunca dicen de qué se trata así, sin más.

Sin excepción se inician con un rollo de la adecuada educación de los niños y un cuentajo alrededor del tema que sobra porque debería ser tácito! es decir, si el colegio me tiene que "vender" que va a educar a mis hijos, mal vamos.

En la circular de esta semana, después de hacer una lectura rápida diagonal, fui sacando conclusiones por partes.

Una de ellas, que van a hacer "La Fiesta de la Hoja" para suplantar Halloween que no se celebrará porque no es una fiesta tradicional. Todo esto explicado como si la de la Hoja si que lo fuera, ¿quién no se acuerda? Qué bonita estampa la de esos días en que todos íbamos vestidos de hojas por ahí...¿¿??

En fin, que se inventaron una fiesta para suplantar otra y que nadie les diga yanquis de mierda. Es una idiotez soberana porque por lo menos la de los yanquis de mierda es tradición allá, todos sabemos de qué va y además es la típica costumbre de la que todos reniegan pero que ese día ves al personal entero envuelto en papel toilette haciendo de momia.

Este es mismo rollo de que nadie come en McDonald's y misteriosamente ponen uno en cada esquina…o un Starbucks… (ese café es malísimo! en el bar de abajo de mi casa si hacen café como dios manda). Un ejemplo más español? la Revista HOLA, resulta que según dicen no la lee nadie! porque nadie quiere saber nada de la vida de los famosos y sus casotas, sus bautizos... nada de eso. Ahora la revistica tiene altísima tirada y cuesta el triple que las demás. Misterios divinos.

Volviendo al tema, en el Centro de Educación este que escogí (o qué más bien me escogió a mi con su lista de espera), donde te venden que educan a tu hijo de la forma apropiada, decidieron inventarse una fiesta, y eso no está mal... el tema es que TÚ, la mamá moderna vas a pagar las consecuencias, no te quepa duda.

Descubres en tu lectura que tienes varias tareas para la fulana fiesta. En lugar de seguir leyendo para abajo, vas agilizando el tema, ¿qué es lo primero? "pintar una hoja con tu hijo" (que te han enviado anexa en el rollo de circulares).

Creo que ya lo comenté, pero Pablo tiene UN año y medio. Pintar le importa un pepino!!! eso lo primero y si hablamos de pintar algo específico como una hoja, ya sí que no cuentes con él. Agrégale a esto la hora, porque claro, ésta mamá moderna puede dedicarse a la pintura ya sobre las siete de la noche, cuando lo único que Pablo quiere es sopa, baño y tetero, punto final. Y tú, salvo el tetero, quieres lo mismo.

Pero no quieres quedar como madre despreocupada y que a tu hijo lo vean rarito por ser el único que no lleve lo que han pedido y ahí, contra tu voluntad, haces lo último que te apetece sobre la faz de la tierra: sacar las pinturas para decorar la puñetera hoja.

Armas el tinglado lo mejor que la hora y el ánimo te permiten. Como no tienes pincel -quién tiene pinceles en una casa con un bebé- agarras el de la cocina que es de esos de silicona que embarruzan más que pintan. Rebajas la pinturas con agua para que cuando pinte cubra más superficie de un golpe. Vas haciendo todo esto mientras mentalmente te repites que esto es lo que haría una mamá moderna y que es lo bueno, qué gusto!.

Durante el proceso de preparación Pablo va detrás de ti repitiendo sin parar: -opa, opa, opa, ya?... la opa?... ya?... - , el niño, evidentemente preocupado, temiendo que te hayas olvidado darle su sopa por estar de aquí para allá trasteando con pinturas, pinceles, agua y papeles.

Logras con falsa felicidad que se siente contigo a hacer esta fantástica actividad, tratando de impregnar la escena con una alegría que ni tú ni él se creen.

Ahora a ver, qué creen ustedes que le pueda interesar más a Pablo, el lado del pincel limpio o el que está lleno de pintura?. Confío en que todos entienden que lo único que le llamó la atención fue agarrar la parte del pincel llena de pintura, aunque su madre, con una sonrisa forzada, intentara convencerlo de que en esta estupenda actividad lo mejor y más divertido es agarrar el pincel por la parte limpia y poner la pintura verde en la hoja...

Finalmente te rindes. Pablo está lleno de pintura verde, (especialmente la parte de dentro de la manga, por donde corren siempre los chorritos). La hoja está húmeda y más que pintada está como sucia, pero es lo que hay. Dejas el tema, desmontas el tinglado mientras que el niño, con la pintura que le queda las manos, avanza en el manchado general.

En este punto estoy convencida que mi labor de madre moderna ha sido cumplida a la perfección y que puedo ponerme mi delantal de mamá Maggi y darle su sopa a mi niño, bañarlo y meterlo en su cuna.

Por no dejar hilos sueltos, repaso la circular, acordándome que paré la lectura en la primera actividad. Descubro con tristeza que no he terminado, hay más indicaciones y con temor encuentro una línea escrita a mano, esto siempre quiere decir que está dedicada a ti en exclusiva! O sea, que si no haces lo que dice ahí, todos, todos los niños se van a perjudicar!!! Qué agobio tan grande y tú que pensabas que lo de la hoja era lo peor!
Cito la circular,

-Haremos una degustación de frutas de otoño, para lo que su niño deberá traer: (dos puntos, rayita escrita a boli) “caqui”.

Primer pensamiento: ¡corre que cierran la frutería! Con el automático agarré a mi niño con trazas de verde por todo el cuerpo, le puse chaqueta, gorro y bufanda (todo en verde) y salí disparada.

Decidí sabiamente llevarme la circular porque tenía dudas si había leído bien... "traer una fruta Caqui". ¿Qué fruta es de color caqui y que forma tan rara de clasificar una fruta, no? por colores...?.

Ya en la frutería, con Pablo en brazos, bastante amargado porque no ha visto sopa todavía, me pongo a observar las frutas a ver qué color sirve, a lo mejor un kiwi marroncito clarito, no? o… nueces…¿las nueces serán frutas?, con caqui se referirán a la cáscara caqui o a la pulpa caqui?... Así estuve un buen rato hasta que le pregunté a una señora, que parecía más segura que yo en el manejo profesional de los víveres, si ella conocía alguna fruta caqui.

La doña, muy segura de sí, me dice, -Claro! Y me pone en la mano una especie de tomate enooorme y como anaranjado y me mira esperando las gracias. El cerebro no me da, me atasco ahí, con mi cara de extranjera sin entender qué quiere la señora y porqué me pone ese tomatón ese en la mano!. En un momento de lucidez localicé el letrero de donde viene la fruta y leo: “Kakis, 1.79 el kilo”.


Huuuuum…Te cagas en la madre de la maestra que escribió “Caqui” y no "Kaki", en el niño que se queja, en tu propia estupidez, es decir, te cagas en todo menos en la señora tan amable y sabionda. Reaccionas y le das infinitas gracias por haber impedido que llegaras mañana al cole con un kiwi o una nuez y quedar como una imbécil total.

A casa otra vez con el kaki, tan puñetero como la hoja.

A estas alturas la cosa va así:

•Centro Educativo: 2 •Mamá moderna: 0

Para evitar otro golpe bajo, dejé a Pablo berreando por su sopa y me senté a estudiar la circular una vez más. No parece haber peores noticias así que tomo entonces conciencia: cumpliendo las labores de mamá moderna he pasado de golpe a ser una mamá desalmada que por estar pintando y comprando frutas exóticas, tengo a un hijo pasando hambre.

Por fortuna al terminarse su ansiada sopa, Pablo ya me había perdonado. Además, durante el baño salpicamos, teñimos de verde el agua y nos olvidamos de la amarga experiencia recién vivida.

A la mañana siguiente me levanté pletórica de satisfacción. Mi niño va al colegio con todo hecho y además comió sopa, tetero y hasta se bañó. Todo son éxitos, un día más pude con todo.

Lo que pasó cuando llegué al colegio requiere fuerza para contarlo con detalle, así que lo haré por encima, porque mis ánimos pasaron de diez a cero y pasé el día no como la mamá moderna, si no como la mamá distraída e incapaz.

las cosas eran tal que así:

• La Fiesta de la Hoja es la próxima semana y además no vi otra circular que venía donde explica cómo debes hacerle el disfraz de hoja a tu hijo, con materiales teóricamente caseros (de la casa de ellos, en la mía no hay nada de lo que piden).

• La maestra criticó nuestra hoja semi verde y me dijo: -Esto era para hacerlo con tiempo...- Tierna forma de decir que el dibujo era una chapuza como un templo.

• Y por último me soltó que esperaba que el kaki no estuviera muy maduro, porque la degustación tampoco era para ese día.


Tanta complicación anunciaba un desastre como este… No soy una mamá moderna, soy una mamá novata! Pero bueno, mi consuelo fue que por lo menos no llego sin disfraz!


2 comentarios:

  1. LAs guarderias se supone que son para facilitarnos la vida, no para complicarnosla más.... Totalmente identificada!!!!!

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  2. No se si es una crítica hacia las Escuela Infantiles...pero yo veo más una crítica a las madres...porque creo que no hay cosa más bonita que poder trabajar con un hij@, cueste lo que cueste...sólo por ver la cara de es@ niñ@ en el momento de coger la pintura y pintar a su manera esa hoja, no tiene precio...
    No creo que haya que mirar por una fiesta inventada...creo que había que mirar por el trabajo madre-hijo que se hace en casa que muchas veces se basa en sopa, ducha y dormir...

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