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Dora la Exploradora o los productos ACME?

Yo supongo que este Blog lo leen varias madres, y seguramente con este post me voy a cargar algunas lectoras. No es mi intención en lo absoluto, se los digo de verdad, pero todos tenemos opiniones y aquí, tal cual, voy a soltar la mía.

Declaro firmemente: No soporto los dibujos animados de hoy en día.

Me cuesta trabajo ver a mis peques embelesados viendo a Dora la Exploradora, me cruzan por la mente diversas maneras de torturar a esa niña para que no pregunte más idioteces, para que no hable en ese Spanglish que no enseña sino que confunde y sobretodo para que no deje esos espacios de silencio esperando a que los niños respondan! Les juro que me dan ganas de gritar.

Pablo va al colegio de 9:00 de la mañana a 5:00 de la tarde. De verdad, hace falta que Dora le refuerce cómo contar, cómo buscar, etc.? Qué niños queremos exactamente! Yo iba al colegio la mitad de horas que él y cuando llegaba a mi casa veía tranquilamente como Tom y Jerry se perseguían intentando matarse y derrapando por las esquinas o como el coyote sobrevivía a grandes explosiones en sus arbitrarios intentos de cazar al correcaminos... Y aquí estoy... nada lujoso, pero nada grave. Es más, no digas tu de mi, pero tengo algún que otro amigo que colinda con genio como Bau que mide la electricidad de no sé qué cosa y se lo pelean entre varios países, ese vió Tom y Jerry también! Y ahí está ese hombre, un lujazo para sus padres y para la ingeniería.

Un día le puse a Pablo los videos de Mickey antiguos. Le parecieron raros, rarísimos. Claro! Salían Chip & Dale (en España Chip y Chop ¿?) que son unas cabronas en toda ley, haciendo una maldad detrás de la otra, Goofy, tan imbécil como siempre lo conocimos y del que todos se burlaban y ni se enteraba. Lo mejor de todo: salía el pato Donald con un humor... Madre mía! que pato más amargado.

Si comparas esas personalidades de antes con las de Mickey Mouse Club House de ahora, pues qué te puedo decir, son otros... No tienen problemas, pasan lisos por la vida. Lo más grave que se les presenta es que el gordo, Pedro, el que tenía barba de tres días y era más malo que Caín en el pasado reciente, les pide 8 pétalos de flores para dejarlos pasar a un parque! Ah? Qué tal? Te parece eso “un problema”?... O que se les rompe una rueda del Mickey-Móvil y entonces tienen que llamar a “Toodles”...

Ya me gustaría tener a mi un “Doodles” de esos! Resuelve todo los mickey-problemillas... El hijo de unos amigos cada vez que le pasaba cualquier cosa, gritaba: -Tooodlees!... y se queda ahí pasmado hasta que el problema "se resuelva". Perfecto, no? de hecho es ideal para cuando el respectivo matón de la clase le dé un manotazo, colleja o lepe y lo deje tirado en el suelo, entonces él llame al tal Toodles.

El pato Donald, lo conocíamos como el pato más sombrío del universo y de acuerdo a eso, uno sabía a qué atenerse, ahora es una especie de pato olvidadizo, no se amarga, se olvida (estará mayor, digo yo, Alzheimer, demencia senil…). Se olvida del Día de los Enamorados y de regalarle algo a Daisy, pero claro, siempre tenemos a Doodles que resuelve en el último minuto, antes de que de que Daisy se enfade! Nooo, se enfadé no! Perdón! Se ponga triste.

Qué pensarán los niños cuando mamá y papá discuten... ¿o ustedes no discuten? Hombre, yo intento no discutir frente a ellos, pero de intentar a lograrlo hay un camino largo y rocoso, me enfado cuando me enfado no cuando mi agenda me lo permite. Además, ese no es un sentimiento o qué? Acaso les tenemos que enseñar a amar pero a enfadarse no?... nos despistamos en algunas cosas creo yo.

Desde que yo era niña hasta ahora las cosas han cambiado y mucho. Yo soy de la época de los guantazos paternales, y debo decir que en esa materia soy una privilegiada porque aunque no me dieron, nunca me sentí a salvo. Sabía que la ortodoncia que mis padres se habían ahorrado con mis dientes derechos de nacimiento, me la mandarían a hacer sin dudarlo si yo les daba razones para que me los torcieran de un solo revés.

Ahora cuando los niños se portan mal hay que decirles: -Te sientas aquí a pensar- Noooo! a qué? A pensar? Pues no señor, Yo empecé así, madre primeriza y de librito, pero ya me quité la máscara: -Te sientas aquí "castigado", ya él verá si piensa o no! Además yo no sé si me equivoco pero como estos niños relacionen  el "pensar" con algo negativo, lo llevamos claro. Ya pueden echar candado a las facultades de filosofía... serán las mazmorras modernas.

Ahora todo es nice, soft, pretty… blandengue. No lo soporto, en serio.

La situación es tan extrema con los dibujos cursi-educativos que por otro lado se ponen brutos y sacan: “Bob Esponja” que es radicalmente lo contrario de Mickey Mouse y compañía. Es bobo, insolente, mal educado, irritable y nos preguntamos cómo les puede gustar a los niños! Pues claro que les gusta! si es que la vida real se parece más a “Fondo de Bikini” (hogar de la esponja) que a lo demás que ven en la TV.

Hace poco vi a Pablo viendo un dibujo que se llama "Doctora Juguetes" o “Doc McStuffins” en inglés, creo. Pues ahí estaba mi hijo, súper concentrado, viendo como esta niña, que seguro querrá ser médico de mayor, "cura" los juguetes. El capítulo iba de una oveja de peluche que aparece con unas manchas rojas y todos están preocupadísimos. Le toman la temperatura, especulan (porque la niña es la médico, pero todos los muñecos opinan, eso sí es como la vida misma) al final, la pequeña agarra un trapo y le limpia la cara. Así sin más. Adiós manchas.

Pablo la terminó de ver, mi miró y me soltó: -mamá, esa doctora es tonta.- se dio media vuelta y a otra cosa mariposa.

Saben que le dije yo? Pues nada! Tiene razón, un poco tonteja sí que es porque hasta un médico de verdad pregunta antes al paciente si el motivo de su rareza no será una cotidianidad como cualquier otra.

Yo no pretendo que las comiquitas sean novelas, pero hombre, los niños tienen problemas, sería justo que los dibujos los tuvieran también.

Luego está el tema de la violencia. Nadie en más pacifista que yo, pero la violencia hay que conocerla para rechazarla, si no, lo mínimo que nos causa es curiosidad o sorpresa cuando te la presentan de un porrazo.

Pablo es un niño muy varón para alguna cosas (aunque me recoge flores cuando viene caminando del colegio) va a karate y cuando le pregunto qué tal, solo sabe decirme las patadas que dio, no le interesa ni el kata, ni posturas, ni saludos… nada, solo patadas. También es fanático de Ironman, Spiderman, Transformers y cuando robot exista que reparta ostias a granel. No sé, me hace pensar que necesita una dosis de violencia en su vida.

Intento no pensar en que le gusta la violencia cuando está haciendo un berrinche de esos de película, sobre todo para no soltarle yo un sopapo a lo Iron-mum bien merecido. Hoy en día, con 4 años ha sobrevivido a esa violencia paternal, pero espero que no se considere exento… eso es otro tema discutible y digno de otro post, pero si Pablo cree que es un niño al que sus padres jamás pegaron, que se olvide, eso se gana día a día y en 4 años no ha hecho méritos suficientes.

Yo ya a mis 35 puedo decir que superé la infancia sin una mano encima, pero hasta que me fui de mi casa no me sentí segura de haber superado el tema, y aún a esta edad, echándome crema antiarrugas hay cosas que no me atrevo a decir a mi mamá, no vaya a ser.

Retomando el tema de los dibujos animados, yo de verdad que me siento de manos atadas con la televisión de hoy en día. Me da lástima que Pablo no conozca los productos ACME, que no sepa que Mazinger-Z era pilotado por Cogi Cabuto, que no conozca las “Olimpiadas de la risa” con todos ahí haciendo mil trampas para ganar.

¿Y la Pantera Rosa? Eso era una comiquita maravillosa, podía estar viendo capítulos sin parar y encima sin diálogos! Fíjate si estaba bien hecho eso. Hace poco la vimos, (en un Dvd, claro, en la tele… jamás!) la pantera era súper pacífica pero no sé si se acuerdan que el muñequito blanquito que era como un huevo y siempre estaba por ahí cerca, ese llevaba la escopeta a todos lados y disparaba a la mínima de cambio.

No te digo ya lo que en materia de escopetas era el Elmer, el cazador de Bugs Bunny, bueno, ese sí que era gatillo alegre. No recuerdo tener la sensación de que esa escopeta fuera a matar a nadie, y eso que hoy en día tengo claro que las escopetas son malas, nunca he tenido ganas de comprarme una ni de dispararle a nada, ni siquiera cuando alguien me quita un puesto para estacionar, que es una de las cosas que me desata la furia de peor manera.

Había dibujitos ñoños desde siempre “My Little Pony”, “Rainbow Bright”, “CareBears”… esos empalagaban, pero la modernidad ha logrado superarse y ponerle a algo empalagoso un topping de crema batida. Yo no soy muy seguidora de estos dibujos porque no tengo niñas, pero algo he pillado y por ejemplo los Ositos Amorosos, cariñosos o como quieras decirles ahora son digitales, así que son como peluditos, fíjate si ya eran “cuchi”, ahora que son de felpa…

Yo no sé en qué momento los Dibujos Animados dieron este vuelco radical, yo tengo un bache en el tiempo desde que me dejaron de interesar en lo personal hasta que ser mamá me obligó nuevamente a sumergirme en este mundo.

Esto me lo pregunto porque no sé si ya hay “sujetos de estudio” o sea adultos que vieron sólo comiquitas de estas “softly” en plan educativo. Me gustaría saber cómo son estos adultos? Súper dotados? Demasiada educación? Saben sacar raíz cuadrada de memoria? Mejor aún, saben en dónde utilizar una raíz cuadrada? (yo tengo eso pendiente, por cierto) O esto causa el efecto contrario… tal vez tanta educación se transforma en una rebeldía del cerebro y hace PUM! Jóvenes tontos…

No me extrañaría para nada… el cerebro hace cosas impredecibles.


Les digo que no sé qué hacer, no quiero que Pablo y Andrés se pierdan al Coyote pero tampoco quiero que no vean lo mismo que sus amigos, imagínate Pablo hablando de un Mickey de los 80 y todos los demás sin entender ni palabra. Tendré que ver con qué les mezclo a la tal Dora, porque yo de verdad, con esa niña no puedo, me cae cada vez peor.